El destino
Debe tratarse del destino, no tiene otra explicación. En el instante en el que Luis Aragonés parecía con medio pie fuera y un equipo de la entidad de Argentina presagiaba su salida sucede lo que nadie esperaba: una desdibujada selección albiceleste hace que España gane el partido y nuestro seleccionador se haga fuerte en su banquillo (en la foto parece dormido, pero no, es su manera de entrenar y dirigir a España en los partidos).
El destino a veces tiene estos giros inesperados... como algún que otro libro, esos que de entrada nos llevan a lugares conocidos pero que acaban por trasladarnos a lugares infinitos. ¿Qué sería de la vida sin el destino? ¿Qué sería de nosotros sin el destino incierto de los libros?
3 Comments:
¿Y qué sería de los congeladores sin pimientos?
Sería imposible conocer todas las causas... que nombres el destino confirma mis teorías de la casualidad: NO EXISTE. Ni idea de fútbol, la verdad, y menos de pimientos (???); creo que tampoco sé casi nada del destino, pero sé que me gusta luchar por imaginar que algo tenemos que ver. Los libros impredecibles tienen páginas limitadas... afortunadamente, pueden llevarnos a lugares infinitos; así que olvídate de Luis Aragonés, y leña a la causa: seguro que te depara consecuencias también infinitas.
Y si el destino de nuestra selección fuera un eterno quiero y no puedo???
Hace ya tanto tiempo que tenemos esa fama. Me refiero al eterno aspirante a algo. A unos cuartos de final de un mundial. A un campeonato. Al buen nombre internacional.
Este es como esos politicos que no dimiten porque nunca se equivocan.
Será que no le comprendemos???
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